Ayer volvia con mis hijos de visitar unos amigos en Savio, el colectivo con atraso, lleno de gente, nadie cede un palmo de terreno y miran para afuera los que deben ceder asientos...De pronto un señor me ofrece su asiento para que el Tobi y el Benja no viajen parados.
Un chofer que viajaba al lado de su compañero viene para atrás e intenta calmar a un muchacho que venia empujando a todos en total estado de ebriedad...Viajaba con su mujer y su hijita de dos años.
Entre idas y vueltas el chofer decide bajarlo tomandolo del brazo y empujandolo fuerte para afuera. Su mujer y su hijita comienzan a los gritos y al llanto. El chofer le pregunta a la mujer si prefiere seguir o bajarse ahi con su esposo (en el medio de la nada), ella observa a su esposo, a su hija y dice con llanto "quiero seguir". Se cierra la puerta y el colectivo arranca mientras el muchacho corre atras del colectivo a los tumbos...
La gente tranquiliza a la señora y a la niña ,pero el muchacho quedo a pata en medio de la nada.
No me atrevo a juzgar a nadie. Siento que la madre observo a su niña y saco fuerzas para animarse a ponerla a resguardo sabiendo que abandonaba a otra persona que quería. Pero asi son las madres, cuando ven o sienten el peligro sobre sus hijos lo cobijan fuerte a pesar que aman lo que tienen que dejar...
Yo me identifique mucho con la escena, me senti el borracho arrancado de mi asiento y corriendo a los tumbos detras de aquello que llevaba a mi familia. No juzgo a nadie, me juzgo a mi. Otra madre protegio a sus hijos y se protegio a si misma dejando correr a los tumbos a aquel que en ese momento estaba siendo victima de el "alcohol" o de esta enfermedad que me carcome dia a dia y que se llama "sindrome estilo bordeline"...
No juzgo a nadie. Admiro y quiero a esa mujer que con dolor protegio a sus hijos, que hoy tiene todo el derecho de rehacer su vida con alegria y en paz, aunque uno siga andando a los tumbos corriendo detras de ellos
